Lun. May 13th, 2024

Ruse: la pequeña Viena búlgara

Por ymhra Mar22,2024

Mi ruta por Bulgaria estaba llegando a su fin después de 3 intensas semanas recorriendo este fascinante país -nada mal teniendo en cuenta que había planeado pasar aquí sólo un par de días.

En todo caso, decidí hacer una última parada de camino a mi siguiente destino, Rumanía. La verdad es que no esperaba casi nada de Ruse -elegida casi en exclusiva por su localización-, así que me sorprendió sobremanera cuando me encontré con una preciosa ciudad llena de mansiones de finales del siglo XIX y principios del XX que se ha ganado a pulso el sobrenombre de la Pequeña Viena. Además, no lejos de aquí se encuentra el Parque Natural Rusenski Lom, un bonito paraje famoso por los monasterios rupestres que aloja y del que os hablaré en la próxima entrada.

Situado a orillas del impresionante río Danubio, este lugar fronterizo ha estado habitado desde la prehistoria. Los romanos construyeron la primera fortificación aquí en el siglo I para controlar a los bárbaros del otro lado del río y asegurar el comercio fluvial en la zona -todavía quedan algunos restos de este período, aunque no los pude visitar por falta de tiempo.

Tras unos cuantos siglos vividos sin pena ni gloria, la ciudad volvió a florecer en el siglo XIX gracias a la industria y el comercio. Ruse se convirtió en una de las ciudades más importantes de Bulgaria y aquí se construyó el primer ferrocarril, la primera imprenta o la primera refinería del país, por nombrar algunos avances. La nueva burguesía de la ciudad comenzó a construir mansiones al estilo centroeuropeo, que son las que confieren al centro de Ruse su carácter especial.

Desde luego, Ruse no tenía nada que ver con mi anterior parada en Bulgaria, Veliko Tarnovo, y reconozco que agradecí la variedad. Frente a la ciudad medieval llena de cuestas y estrechas calles empedradas, se presentaban ahora grandes avenidas con edificios grandiosos, una inmensa plaza central y hasta un extraño mausoleo en medio de un parque (¿os podéis creer que el guardia del sitio me llamó rata por no querer pagar para ver los huesos de soldados anti-otomanos que guardan en el interior?)

READ  Guía mochilera del Parque Nacional Lagos de Plitvice

En todo caso, además de los interesantes edificios, el ambiente en general de la ciudad me pareció realmente atractivo. La gente paseando por sus tranquilas calles peatonales (en el momento de mi visita las estaban ampliando), haciendo deporte a orillas del Danubio o tomando algo en alguna de las terrazas del centro. Todo muy relajado en esta ciudad alejada del mundanal ruido.

En resumen, Ruse me pareció una ciudad muy agradable. A pesar del calor sofocante que hizo durante mi visita, me pateé el centro histórico de arriba a abajo, disfrutando con sus mansiones y edificios del siglo pasado. Por desgracia, no tuve tiempo suficiente para visitar los numerosos museos de la ciudad, que tendrán que esperar a la próxima visita.

Además, desde Ruse aproveché una mañana para explorar los monasterios rupestres de Barsavobo e Ivanovo, situados en el Parque Natural Rusenski Lom, aunque tendréis que esperar al siguiente post para leer sobre ellos…

By ymhra

Related Post

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *